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4.8.10

PANORÁMICA VERDE ESPAÑOLA

El panorama español nos muestra una gran variedad de partidos verdes, en ocasiones aliados con la izquierda y el nacionalismo, con un coste político y social importante de pérdida de identidad propia e incluso invisibilidad. En la actualidad esta diversidad de partidos verdes tienden a unirse apostando por su origen singular, que marque una fuerte identidad distintiva que le diferencie del resto de partidos.

A esta diversidad de partidos unidos por una ideología verde, hay que sumar en el escaparate electoral la presencia de partidos de izquierda, que desde unos años atrás han añadido la palabra "verde" (incluso el logotipo) a su nombre y siglas de partido, contribuyendo a la confusión social de la identidad verde a consta de un posible incremento de votos por parte de la izquierda.


La relevancia política verde en España es débil, no ocurriendo así en otros países de Europa. Las coaliciones hasta ahora propuestas han fracasado. El éxito del modelo político francés por el que se obtuvo más del 16 % de votantes en el 2009 (igualando a los socialistas) marca un antes y un después en la política y la implicación social.

La cada vez más cercana "unión verde" en España, y su cercanía a la defensa de los derechos humanos, justicia distributiva y justicia cultural, junto con el ya iniciado trabajo de base social que recoge iniciativas e inquietudes sociales, lleva al espacio verde español a ser un importante movimiento en potencia que puede tener un mayor éxito político en las próximas legislaturas.

15.7.10

IDENTIDAD: CARÁCTER PROPIO Y SINGULAR

La identidad verde desde su origen es singular, claramente diferenciada de la identidad de izquierda, en contra de la confusa opinión social que clasifica el espacio verde como un subgrupo de la izquierda.


La política de izquierdas y derechas tienen en común la consideración del dominio humano sobre los ecosistemas y la biosfera, la negación del valor central de los sistemas vivos para toda acción e institución humana. Esto les posiciona en un modelo productivista a favor del crecimiento ilimitado de la producción, el consumo y la economía, con una creciente extracción de los recursos ilimitados del planeta. Este modelo trata de sostener un sistema de creencia fuertemente arraigado en la sociedad occidental de bienestar, salud y mejora humana.


La política verde no es exclusivamente medioambiental, entendiendo ésta como protección de la naturaleza. Está unida a la equidad y la justicia, a los derechos humanos y sociales. Por tanto es una identidad socioambiental, más conocida en la actualidad como "ecosocialismo". Por ello puede compartir algunos de los valores tradicionales de la izquierda, teniendo la política verde una diferenciada identidad propia.


Algunas figuras de la política verde, como Daniel Cohn-Bendit (eurodiputado, encabezando las listas francesas de Europa Écologie), proponen crear una "tercera izquierda" distinta de la izquierda tradicional comunista y de la izquierda socialdemocrática. Pero hoy por hoy el espacio verde no es un identificador de la izquierda, por lo que electoralmente puede atraer a votantes muy variados, con posiciones sociales e ideológicas distintas.